jueves, 19 de julio de 2012

¿COMO LLEGAR A SER UNOS PADRES LO BASTANTE BUENOS?


¿COMO LLEGAR A SER UNOS PADRES LO BASTANTE BUENOS?


Cuando se le recuerden o que le llamen la atención sobre sus errores o carencias, especialmente  cuando se trata de ese “sagrado” papel que es el de padres ha de  esperarse a que ellos incurran en reacciones defensivas como, por ejemplo, el rechazo: “Gracias a Dios, yo no soy así”. Puede que nuestra actuación como padres deja a veces algo que desear, solo tendrás que hacer un esfuerzo consciente para desviar esas energías hacia canales más constructivos, planificando de qué modo la pareja podemos servirnos de nuestras fuerzas y superar aquellas debilidades.

Comencemos analizando algunas cuestiones. Hablemos, en primer lugar, de lo negativo y lo positivo con los que podemos tropezarnos en el mundo de la  crianza y educación de los hijos:

Estudiemos ahora las características de lo “negativo”

Los siete “negativos” de  los padres que no son lo bastante bueno.

1.-Egoísmo

Querer que sus hijos-por cariño, diversión, compañerismo, poder o control-satisfagan, en primer lugar y por encima de todo, sus necesidades como padres. Manipular a sus hijos y encauzarlos hacia ciertas actividades y estudios de forma que ellos (los padres) puedan disfrutar de la gloria ajena. No estar dispuestos a sacrificar sus propias comodidades o placeres por el desarrollo de sus hijos.

2.-Ojeriza

Valerse del poder físico y emocional para herir a sus hijos, quizá porque envidien su potencial, éxito o incluso su juventud. Utilizar a sus hijos de “cabezas de turco” para descargar sobre ellos la ira y el odio que sienten contra si mismo, contra otras personas o contra el mundo en general. Negar comodidades porque ellos tuvieron (y quizá sigan haciéndolo) que arreglárselas sin ellas. Decir siempre la última palabra en una discusión o procurar por todos los medios derrotar a sus hijos en el juego o deporte favorito de estos. Estropear el orgullo que sus hijos sientan por un éxito, sacando a colación sus personales y meritorios logros.

3.-Infalibilidad

Saber siempre que es lo mejor y ser incapaces de apreciar que los valores de los demás también pueden tener peso; estar presuntuosamente seguros sobre el significado y la finalidad de la vida, y no permitir que los hijos desarrollen sus propias filosofías y códigos morales. Reacios a confesarse culpables de errores, aunque en su fuero interno sean conscientes de su propia hipocresía y culpa; dados a los sermones, aunque no siempre practican la virtud.

4.-Escepticismo

Sembrar constantemente la semilla del desaliento, poniendo de relieve que es lo que esta o podría ir mal, o de que forma algo se podría hacer mejor. Recelar generalmente de la gente y ser reacios a confiar en alguien, incluso en ellos mismos. Instar a sus hijos a que vean el mundo a través de cristales grises.

5.-Pesadumbre

Estar empapados de su propia e intrínseca aflicción como para ser incapaces de compartir y alimentar positivamente a sus hijos; dirigir con demasiada frecuencia la vista atrás y recrearse en lo “buenos y viejos tiempos” como si fuesen los “únicos” de su vida; mentalizar a sus hijos de que deben sentir pena por ellos (los padres) e incluso cuidarlos antes de que cubran sus propias necesidades; aferrarse a su propia tristeza  y dolor en tal medida que sean incapaces de apreciar y celebrar en toda su extensión los éxitos y alegrías de sus hijos; transmitirles, por ultimo, el mensaje de que podrían enmendar la insatisfactoria naturaleza de las personalidades o de las vidas de sus padres, siendo, por ejemplo, hiperasertivos, prósperos o famosos.

6.-Servilismo

Estar a disposición de todo el mundo y, como resultado de ello, quemarse y amargarse prematuramente, y que posean, por tanto, poca o ninguna energía que transmitir a sus hijos. Hacer demasiado por sus hijos para después preguntarse por que terminan ellos (los padres) siendo postergados, adoptar una actitud demasiado dependiente y desvalida o mostrar falta de respeto en vez de gratitud.

7.-Estancamiento

Resistirse al cambio y a las nuevas ideas. Adoctrinar a sus hijos a que “jueguen sobre seguros” y que se decidan por la opciones conocidas y fáciles. Darles un estilo de vida excesivamente controlado por la rutina y los ritos cotidianos, estilos que les deja poco tiempo y espacio para la espontaneidad y para enfrentarse a situaciones nuevas e interesantes. Ser incapaces de dilatar  los horizontes de sus hijos-curiosos por naturaleza-de intentar hacer nuevos amigos, viajar a diferentes sitios e incluso ver una gama variada de programas de televisión.


Los hijos que están continuamente recibiendo una sobredosis de la parte negativa estarían, casi con toda certeza, dañando su autoconfianza en algún grado u otro. Sin embargo hay una parte positiva que tienen que conocer los padres muy importante en su aplicación personal siendo ellos los modelos que sus hijos van a imitar logrando, en sus niños, cultivar una buena autoconfianza.    



Lic. Nelson Condor